Cara o cruz, es cómo definiría emocionalmente al ser humano.

Todos nos convertimos en extremadamente buenos comerciales cuando queremos vender esos valores que supuestamente tenemos, es ahí cuando el cliente al que le queremos sacar algo, ya sea respeto, admiración, dinero o sexo, piensa en la suerte que tiene que el destino le haya presentado a esta persona, en sus ojos puedes sentir la esperanza que deja caer de sus pensamientos, donde ciegamente cree que el mundo de verdad está empezando a dar pequeños pasitos por sí mismo en lugar de buscar en Google a donde tiene que ir o preguntar a ChatGPT que tiene que hacer; lamentablemente nadie puede fingir lo que no es por mucho tiempo y la máscara se cae dejando ver el desastre que hay dentro de esa persona, que no para de quejarse del desorden que causo ese viento de sentimientos sin gestionar cuando fue el mismo quien dejo la ventana abierta, provocando que se una a las filas del ejército de las personas equivocadas…

Aparecen grupos, nuevos o viejos, ya uno no los distingue, con supuestos nuevos ideales que te venden la realidad oculta que ha permanecido a la sombra del mundo y ellos, cual nuevo mesías, vienen a destruir el reinado autoritario creado por esa o ese déspota Rey enemigo culpable de todos los males del planeta, para simplemente si no se cansan antes, acabar construyendo con ideales manipulados y falsas promesas otro castillo todavía más grande donde ver crecer su hipocresía y egoísmo.

Y es que estamos criando y alimentando un monstruo, desprovisto de humanidad, con emociones preinstaladas escogidas a dedo, donde te regalan un manual de instrucciones con frases optimistas y argumentos mediocres patrocinado por un psicólogo.com al que puedes llamar para que encarrile la vida que tu no quieres aprender a llevar.

Una sociedad vaga y materialista, que en lugar de ayudar a cruzar a una anciana la calle, la graba y retransmite en directo comentando lo malo que es el mundo porque nadie es capaz de mostrarle amabilidad a la señora; que no se plantea si quiera evitar una desgracia ajena, sino todo lo contrario, está deseando que ocurra para ver si llena su falta de moralidad y empatía con algunos “likes” en los raíles sociales de ese público virtual de followers que considera amigos, pero que en realidad son el sustento de su tan enorme aunque efímera economía y de su volátil autoestima.

Un asesino emocional que es capaz de hacer correr ríos de lágrimas de dolor a su pareja o de minarla moralmente para que no avance más rápido que el en la vida, para que con algo de suerte y por desgracia alguna mejilla rota y todavía más rota el alma, ella decida irse de ahí para luchar por su derecho a buscar su felicidad.

Una persona hipócrita que recrimina la hipersexualización del cuerpo por el día y por las noches retransmite en internet para sus seguidores las nuevas tetas XXL con leds de colores que se acaba de comprar mientras se escribe el nombre en la nalga izquierda del último pajero que le dono 3,99€.

Un maldito monstruo que ya no hace el amor o tiene sexo, ahora solo folla por y para el…que envenena tu mente y te encierra en una capsula de inseguridades para aislarte del mundo exterior.

Sinceramente, seguir los principios que queráis, cambiarlos, defenderlos, debatirlos, evolucionarlos, pero no olvidéis lo que os hace humanos, el poder elegir y por favor…no te cortes, aspira alto, pero se quien tú quieras, no quien la sociedad te pide que seas, esta no quiere que seas feliz, tampoco te voy a vender que la vida es un lugar increíble donde vas a estar sonriendo 24/7, obvio que no…

El mundo puede seguir siendo la misma mierda o la misma perfecta maravilla con la que tus ojos lo miren, pero asegúrate que cuando observes, sean tus ojos los que observen la vida, no tu ego, no tu cámara, si no…solo tú.

Porque si, ya te adelanto que un día vamos a morir.
Pero joder, ¡el resto de días no!

ByJG


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